Por Jessica Mesa Duarte

DSC_0546Papi, ¡tendría tantas cosas para decirte hoy! No solo por el hecho de mantenerte al lado de mi mamá, incluso cuando las incertidumbres de la economía fueron tan grande que tal vez viste oscuridad en lugar de futuro, o cuando las opciones de tu vida tan tentadoras que podrían haberte alejado de nosotras en busca de fortuna.

Hoy quiero agradecerte porque nunca he notado ausencias en nuestros silencios, porque has regresado siempre a levantarme en los momentos en que, por tu experiencia, sentiste más temores que yo, por sobreponerte a tus miedos cuando nací y la idea de la paternidad te hicieron temblar más que las piernas, la vida.

Tenía que afrontar este encargo periodístico para no pasar por alto que, aun siendo algo loco, nunca me has dejado sola. Sin importar mi edad, tu cansancio físico acrecentado por los años, ni la gravedad de los asuntos, siempre has estado conmigo y te agradezco profundamente por ello. Ten presente que, aunque a veces me equivoque, son ustedes, mi familia, lo más importante para mí.

Mis profesoras, en cualquier escuela o enseñanza, todas te han conocido. En trabajos voluntarios, reuniones y visitas de padres, graduaciones…ahí estuviste tú siempre, hasta cuando tenía que vacunarme, cosa que me daba pavor, pusiste tu mano firme en mi hombro y aplacaste los temores.

¡Qué feliz se te veía cuando publiqué mi primer trabajo periodístico en el semanario Girón o cuando me otorgaron el título universitario!IMG_0914

No logro imaginar cómo hubiera sido mi vida si no estuvieras a mi lado. De ti heredé muchos rasgos físicos y también mi carácter. Mi mamá y tú han sabido formarme, guiarme por el mejor camino, encaminar bien mis pasos por la vida, me han convertido en la mujer que soy, con virtudes y defectos.

Tal vez por eso no comprendo a los padres que se divorcian de sus hijos o los hijos que se alejan de sus papás y tampoco puedo entender esa mal generalizada idea de que padre es cualquiera, porque puedo afirmar que no existe persona tan consagrada a sus hijas como tú. Estoy segura de que, por esa misma causa, no eres el mejor, como dicen todos, para mí eres único e irrepetible.

El día de los padres es solo una excusa para decirte parte de lo que representas para mí, no alcanzan solo 24 horas día para agradecerte tus consejos y ocurrencias, por ser buen hijo, buen compañero, buen amigo, por ser no solo el sustento económico sino también parte del sostén de la familia. Para eso tendrían que hacerme inmortal.

No bastará todo el tiempo en el que yo respire para agradecerle a la vida porque eres tú y no otro, para decirte y demostrarte cuánto significas para mi hermana y para mí. No será suficiente todo el tiempo del mundo para decirte: Papá, te amo.